sábado, 25 de octubre de 2008

Las esencias de Bach

¡Los pacientes!

Corro, me visto, me alzo

Me ensalzo en los bienes que provoco.

Y los traumas que no alcanzo.

 

De los miedos

Te muestro que no son ni lo que pienso.

 

De tus dolencias

Solo lo que cargas dentro

Son todo lo que sientes y piensas.

 

¡El estrés!

Me muevo, me sostengo

Manipulo aquellos nudos mentales

Mostrando como en un espejo ante su propio ego

Al consultante en la conciencia de ajenos males.

 

De tu reflejo

Te mostraré quien habita allá dentro

Y a ese que has dejado en lo lejos.

 

De tu salud

Traeré millares de consejos

Y la misma cantidad de esencias y pétalos de virtud

He de bañarte en la sabiduría de conocimientos viejos.

 

¿Donde esta Bach?

¿Dónde esta Bach?

Que nos traiga más flores

Y consejos de su pasar

Por la ignorancia de ese Yo interno que no dejan avanzar

Para enseñarles de todo esto que habita aquí y allá en eternos amores.

 

Escrito para Marcela Retamal

En la mañana del día lunes 20 de octubre a las 10:35 am. del año 2008

Mientras hilaba delgadas partes de una conciencia.

 

  Por Eduardo R. Arias.

martes, 21 de octubre de 2008

El Gato, El vaso de leche y El instrumento


A regaña dientes el gato miraba al admirable instrumento

Por la envidia que sentía temía que ya no la amaran

Por la negrura y brillo de la entonada guitarra.

 

Despreciable aparato

Con tu talento me dejas sin reparto

En este infinito de ideas vanas

Me dejas en la calle y me siento como en la nada.

 

Interrumpido su canto

Al la media hora de su encanto

La guitarra notaba en sus octavas

Que el amargo gato ya no la amaba.

 

¿Qué figura o nota abre tocado erróneamente?

¿Que mi querido gato ya no me ama ni me mantiene en su conciente?

Cantare y maullare para él

Para que su esencia se llene de mi miel.

 

En medio de este carnaval de malos entendidos

El vaso de leche recitaba poemas repetidos

Para que estos dos amigos

No se perdieran en el olvido.

 

Vamos y caminemos juntos

Que la envidia a tu anhelo adjunto

No te haga olvidar quien habita en ese corazón caprichoso

Quien te canta cuando ronroneas en lo sospechoso.

 

Para vaso de leche

Escrito en la noche-mañana a las 2:47 de un día perdido.

 

Por el poeta Eduardo R. Arias.


jueves, 16 de octubre de 2008

El vuelo de los desamores


Sufres por tus anhelos

Divagas en el vuelo de los cielos.

 

De la libertad de tus manos

Tus mejillas y corazón se conmueven

Por la debilidad de tu palpitante.

 

La inconciencia se desbarata

Por el desamor de tu propia esencia

Que resulta ser tan abierta y dulce.

 

Sufres por miedo a la soledad

La inseguridad de tus pasos necesitan sobriedad.

 

Carcomes tu propio sentir

Te engañas de virtudes ilusorias

Que son solo infectas heridas en tu piel

De quien dices que te ama.

 

Sufres por el camino de los perdidos

Mas cuentas de aquellos( como pocos) que poseen amigos.

 

Amiga

Lava de tus ojos la ceguera

Bebe la miel de la luz del sol

Calza la alta conciencia

Vístete de amor a ti misma

Y de los perfumes que se refugian en tu presencia.

 

Para Elizabeth Villavicencio

Escrito en la soleada tarde del día jueves 09 de octubre del año 2008 a las 16:21

Mientras trataba de mirar las pestañas del sol.

 

Por Eduardo R. Arias

 

jueves, 9 de octubre de 2008

Silbando con el Diablo


Ya hemos atravesado el cruce

De  andares secretos e infectos

Para  mirar tu oscura maldad y sabiduría

En lo profundo de tu misterio.

 

He sido puntual al llegar a la hora incierta

Para reconocer las penumbras y mí reflejo en vuestro rostro

Y de las vestimentas detractoras que osas traer de mi propia esencia

Mas te diré que no dejaré que os escapéis de estos parajes que no desconozco.

 

Vengo a pagar los pactos que celosamente he guardado

Acarreo  cuestionamientos lúcidos

De tu presencia y ausencia

Mientras disfrutaba de los placeres de sangre que me has dado

Y los jarrones de incertidumbres  te he traído en la gratitud de lo depravado.

 

Mostradme vuestras ofrendas gratas de aquellos objetos

Del deleite de mis nefastos  milagros

Os evocaré que beberé de vuestro flujo rojizo

Y atormentaré  vuestra vida y alma hasta el fin del olvido.

 

Citaré mis cuestionamientos

Porque dios creador no a de existir

Mas tú en tu condena y estampa ángel caído

No coexistes ni con el más sucio mosco

Y de tu existencia no has dejado ni huella.

 

Soy la figura del expiamiento de los delitos de vosotros seres extremistas

Donde verdaderamente  a de existir la redención de vuestras condenas

Has de estar en lo cierto sucio conciente y racional

Vuestro pesar me ha creado en lo obsceno y banal 

Pequeños dioses ¿Cuando cambiarán?

 

 

miércoles, 8 de octubre de 2008

La nuit est la nuit


Cuando caen de sus tejados

Salgo y alzo mi vista

Para ver como caen esos vestidos negros

De inspiraciones eternas y frías (a veces acogedoras).

 

Me arrodillo para olerlas en el vacío

Captar el sazón de su aroma

Bautizarme con ellas.

 

Si tuviera rostro lo besaría

Porque enamorado he permanecido desde que la observe

Sensible a sus caricias.

 

Mas algunos aseveran que su proporción

Goza de malevolencia y frivolidad.

 

Yo declaro a gritos que es el sueño de los perdidos

Y el acontecer de locuras que distancian de ser vanas

Lo digo solo para aquellos que sufren el placer de beber de sus conciencias (como pocos).

 

Al ocaso mi palpitante se vicia de su oscuridad

Mis dientes abrazan a un nuevo encuentro

Y los perfumes preparan la juerga de la misteriosa noche.

 

Escrito en la noche- mañana a las 2:51 para Marcela Ortega del día martes 30 de septiembre del año 2008 mientras hacia el amor con la noche.

 

Por el poeta Eduardo R. Arias.

domingo, 5 de octubre de 2008

El vivo árbol de los frutos


 

Las raíces sepultadas como muertas en la viva matriz de lo creado

Inspiraban lágrimas de consejos ocultos que ni ellas conocían.

Declaraban a un amigo en susurros:

 

Muerte de los cielos

Agujeros del caos en los anhelos.

 

El humilde pero fuerte tronco sentía en su palpitante madera la humedad de sus fieles compañeras logrando abrir su conciente para mirar el paraíso de centenares de milagros.

Esto conmovía al tronco que como padre a sus hijas les recitaba:

 

Vida en tu tierra

Colmo de lágrimas que me haz dado

Orden en tus deseos

Caprichos en tus anhelos.

 

Las millares de hojas danzando en el cielo cual aves de sueños lucidos y lejanos.

Uniéndose a la fiesta fraterna de sus pares lloraban sombras a las raíces que sentían tan lejanas y perdidas, imponían versos prestados del sol un día de verano:

 

Permanente impermanencia

Danzaremos y lloraremos sombras

Para que nuestro amigo tronco nos abrace mientras el viento nos conmueve

Y beberemos de las lágrimas de conocimientos lejanos de nuestras madres raíces

Hasta caernos de gozo al lado de vuestra presencia.

 

 

Para el artísta Cristóbal Cubillos

Escrito en la noche-mañana a las 1:29 am del día miércoles 24 del año 2008 mientras trataba de entender que pagaba el otoño con tanto dinero amarillo.